Ruta de la Seda 1 – Estambul

Bueno, empecemos con la segunda temporada!! Desde Madrid volé a Estambul, con la emoción de empezar el viaje de mis sueños por la Ruta de la Seda. Primero, un poco de contexto.

Lo que se conoce modernamente como Ruta de la Seda no fue nunca una única ruta, sino una red de caminos de menor longitud que conectaba Oriente y Occidente. Por tanto, no tiene mucho sentido buscar un origen y un fin. Pero en algún sitio tengo que empezar, ¿no? 🙂 Estambul es probablemente la mejor opción. Por su posición estratégica entre Europa y Asia, ha venido a simbolizar el término occidental de la ruta, la puerta de entrada a Europa para aquellos comerciantes que traían productos asiáticos. Los chinos señalarían que se trata del final de la Ruta de la Seda, dado que la seda iba hacia el Occidente; sin embargo, para los viajeros europeos es más un comienzo, desde donde se irán adentrando en el cada vez más desconocido Oriente.

Estambul lo tiene todo: es una metrópolis moderna y con mucha energía, la larga historia de una ciudad que fue denominada Bizancio y Constantinopla y una posición estratégica privilegiada entre Europa y Asia y entre el Mar Negro y el Mediterráneo. Simbólicamente, es un puente entre civilizaciones de Europa y Asia:

Puente entre Europa y Asia

Hagia Sophia es la prueba de la larga historia de Estambul. Fue una catedral durante el Imperio Bizantino, luego se utilizó como mezquita bajo el Imperio Otomano y en los años 30 se secularizó y se convirtió en un museo, como parte de los esfuerzos de Atatürk para crear una Turquía secular y occidentalizada. El interior es realmente espectacular, desde luego uno de los edificios religiosos más impactantes que haya visto. Se pueden distinguir claramente elementos cristianos y musulmanes entrelazados en este enorme edificio.

Hagia Sophia

A tan solo unos metros de Hagia Sophia se encuentra la mezquita de Sultan Ahmed, más conocida como Mezquita Azul, que todavía funciona como tal. Es casi igual de impresionante por dentro, y con un exterior más logrado.

Blue Mosque

De todos es conocido que los turcos son buenos comerciantes. Te tratarán de vender lo que más les convenga, aunque estés buscando otra cosa (y a veces con éxito). Si entráis en una tienda buscando una camiseta, no os extrañéis si acabáis saliendo por la puerta con un par de zapatos, todo esto después de un par de tazas de té, claro… :-). Así que mi primera experiencia en un bazar de la Ruta de la Seda fue en el Grand Bazaar de Estambul, un mercado con muchísima vida que se construyó en el siglo XV.

Silk products in the Grand Bazaar

En el Grand Bazaar pude ver varias tiendas que anunciaban productos de pura seda. ¿Habría venido esa seda de China? 🙂 Creo que hoy en día eso ya no funciona así, pero en cualquier caso es un detalle gracioso para empezar un viaje por la Ruta de la Seda.

Dentro del propio bazar hay 28 caravanserais (o Han, como se les llama en Turquía). Eran sitios próximos a los mercados donde los comerciantes podían descansar y almacenar sus pertenencias, más info en los próximos posts.

Estambul fue el punto de partida para mi viaje por Turquía: Izmir, Selçuk (Ephesus), Bodrum, Pamukkale, Antalya, Konya, Cappadocia, Ankara y vuelta a Estambul.

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